Hay quien cree que sólo se muere una vez y para siempre. También abunda quien piensa que hay que mantenerse vivo a toda costa y retrasar, incluso a cualquier precio, ese temido momento para el que nadie está preparado. Quién sabe. Quizás tengan razón.
Aunque a mí lo que me aterra no es morirme del todo y para siempre, como decía mi padre. Sino morirme poco a poco y sin darme cuenta, siendo esclava de mis propias renuncias.
Lo veo a mi alrededor todos los días. Me veo a mí misma en otras vidas, en otras realidades repetidas. En tantas mujeres completas viviendo a medias, desapareciendo tras la forzada sonrisa del conformismo. Justificando el abandono prematuro de los sueños. Dándose la espalda para sobrevivir. Muriendo poco a poco en la trinchera infinita de los propios miedos.
Eso es lo que de verdad me aterra, morir. Pero morir despacio de puertas adentro y sin darme cuenta. Y tener que convivir para siempre con el ruido de mi propio fantasma, arrastrando la pesada condena de haberme olvidado de cómo vivir.
Fotografía y Texto: Sandra Oval
Me he quedado sin palabras leyéndote.
Cuanta razón!
Me encantan tus textos! Estoy enganchada.
Expresas lo que sentimos muchas y no sabemos expresar
Muchas gracias mi niña!!! Me encanta que los disfrutes!
Cuando te estoy leyendo el unico que me viene a la mente es lo importante que es vivir y buscar la felicidad..mientras hay sueños, uno esta vivo. Gracias por compartir.
Gracias a ti por leerlo!
Muchas gracias, Sandra. No es un tema baladí el que tratas hoy.
Muchas gracias a ti por leerme y seguir mi
trabajo!
Hola, siempre voy con retraso leyendo tus textos, pero sé que llegan en el momento adecuado… En muchas ocasiones, cuando me asalta la culpa o el miedo, recuerdo una frase tuya:»escucha tu alma» y ya lo creo que me paro y escucho para no morirme de «a poquitos»
GRACIASSSSSSS